Bafreakci 2010: 04/16/10
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viernes, 16 de abril de 2010

Buen día, día


Buen día, día. Argentina. 2010. Dir.: Sergio Cucho Constantino & Eduardo Pinto.

La elección más importante a la hora de un documental es el tema que va a tratarse o, como en este caso, el personaje a retratar. Buen día, día, en ese punto, es indestructible, porque Miguel Abuelo quizá sea uno de los protagonistas más atractivos que haya tenido la historia del rock argentino, marcada a fuego por tres décadas (6o, 70 y 80) en las que se hizo todo lo que había que hacerse, y que lo tuvieron como artista de referencia.

El film retrata a este señor nacido como Miguel Angel Peralta, que fue uno de los fundadores de la movida rock en la patria y que luego de parir Los abuelos de la nada se fugó con su alma a Europa, de donde regresó para la fiebre cocainómana de los 80s.

Un documental sobrio pero no a la piñas, pese a que Abuelo las pegaba (Charly puede dar crédito, aunque no se mencione el hecho en la película). Sus mejores momentos son los que cuentan con documentación de la época. En cambio, las situaciones dramatizadas no funcionan del todo, como si a la historia paralela que se quiso contar le faltaran un par de vueltas para acoplarse a la contundencia de una vida potente y urgente.

Pero también están los testimonios, imprescindibles para redondear el perfil del héroe del film. Y allí están, para contar la historia oficial, Calamaro, Spinetta, Bazterrica, Miguel Cantilo, Cachorro López y Cubero Díaz, entre otros. Además, el hijo de Miguel, Gato Azul, ficcionaliza una búsqueda de señas, señales, rastros, huellas de su padre en la ciudad de Buenos Aires, esa que cada vez que muere un poeta es un poco menos vivible.

* * * 1/2

Daniel Castelo

Dreams Of Lusatia

Dreams Of Lusatia. Alemania, 2009. Dir: Bernhard Sallman.

Otra de Sallman, uno de los descubrimientos de este Bafici, del cual se están presentando varias este año. ¿De qué va? Un documental sobre la ciudad de Lusatia, lugar particular si los hay, donde la devastadora explotación minera del carbón totalmente desmedida arruinó y arrazó gran parte del paisaje, como también fue modificando la situación laboral de los ciudadanos al punto de que casi la mitad abandonaron el pueblo. Al mismo tiempo hay un grupo de gente interesada en reconstruir la ciudad, una asociación que desarrolla proyectos de arquitectura sustentable mejorando el paisaje, un joven biólogo estudiando los daños que el hábitat natural sufrió, los viejos desempleados que decidieron quedarse en su lugar cuando todos huían a la ciudades linderas, etc.

Es interesante la escena donde el joven biólogo descubre que los lobos son la primer especie en regresar al hábitat de la zona tras la recuperación y se pone metafórico al respecto.

Un reflejo de los nuevos problemas que el devastador modelo económico actual deja y las soluciones sustentables de las cuales el antiguo mundo es pionero hoy. Algo con lo que nos cueste identificarnos seguramente ya que en nuestro país tercermundista los problemas son más inmediatos y las soluciones más primitivas, o por decirlo de otra forma, aún nos cuesta darnos el lujo de preocuparnos por la vista del paisaje por estos lares.

* * *
Fernando Motrel.

El Rati Horror Show!

El Rati Horror Show! Argentina, 2010. Dir: Enrique Piñeyro.

Finalmente, la última bomba de Piñeyro pasó por BAFICI para demostrarnos lo podridas que se hallan nuestras instituciones (la policial y la judicial) y lo avispados que deberíamos de estar para no caer bajo ciertos tentáculos que se desprenden de ambas.

La Masacre de Pompeya, vista según Piñeyro, resulta en la corrida infernal de un individuo que se muestra asustado ante un Peugeot 504 con personas amenazantes -itaka en mano- en su interior. El individuo acelera su vehículo por que se siente a punto de ser robado, y desde el Peugeot 504 surgen disparos. Diecinueve disparos. Quizá más. Uno de estos disparos le parte la mandíbula. En la corrida, el individuo atropella a personas que mueren tras el impacto. Una vez que su vehículo se detiene, del Peugeot 504 surgen cuatro hombres (¿civiles?) que le disparan aún más tiros. El individuo no muere en el acto, pero muere en vida: Se le imputa resistencia a la Ley, y varios homicidios agravados. Treinta años preso.

Entonces Piñeyro recoge los testimonios, los mapas y las brújulas mientras intenta explicarse los hechos (con esa cuerda tónica que deja retrogusto a envidiable superioridad, cuerda que la mayoría de las veces suele gustarnos) y llega a la inevitable conclusión de que La Masacre de Pompeya fué Masacre, sí, pero perpetrada a raíz de accionares policiales enfermizos.

Provoca cierta clase de incomodidad (cuando no estupor) observar en pantalla ciertas obviedades, y cómo dichas obviedades pasaron desapercibidas (intentamos ser benignos) por los jueces que decidieron con su fallo los próximos oscurísimos treinta años del individuo de marras.

Piñeyro, pues, nos introduce en su mundo ultrapragmático de revisar todos los detalles que hacen ruido (incluso detalles de dicción en Magistrados Públicos que, tras el fogoneo de Piñeyro, nos resultan inadmisibles) y nos ofrece un festival de impunidad en el que un testigo clave que sale por Telefé Noticias asegurando falsedades no es ni más ni menos que un compinche histórico de ciertos bestias que deambulan por la Comisaría 32va.

El Rati Horror Show! no será obligatoria (mucho menos si ya estamos hartos de escuchar una y otra vez lo que ya venimos sospechando hace rato), pero sí sumamente clara en sus postulados. De modo que si queremos seguir envenenándonos con ciertos elementos enquistados en una institución concebida para Servir y Proteger, entonces adelante con este mazazo que, por si fuera poco, incluye momentos de distención muy bienvenidos entre tanta oscuridad.

Los aspectos formales y técnicos del film serán mejor explicados a través del siguiente diálogo, que se sucedió luego de la proyección, entre Piñeyro y un espectador anonadado.

Espectador:
¿Por qué utilizaste el recurso del Cine dentro del Cine, mostrándote en cámara mientras llevabas adelante el proceso de montaje del documental?

Enrique Piñeyro: Por que soy extremadamente narcisista y me encanta verme en pantalla diciendo cosas.

=)

* * * *
Daniel Celina.

La Cinta Blanca

Das weisse Band - Eine deutsche Kindergeschichte. Alemania, 2010. Dir: Michael Haneke.

El aclamado film de Haneke que, pese a ser la favorita, se fue con la manos vacías del Oscar 2010, es no sólo una gloriosa entrada más en la filmografía del realizador de Funny Games y Caché, sino acaso su obra maestra. Situada en tiempos apenas anteriores a la primera Guerra Mundial, La Cinta Blanca narra los cada vez menos espaciados exabruptos de violencia en un pequeño pueblo donde todos desconfían de sus vecinos, y actúan ya sea por temor a represalias o por puro odio y venganza.
Haneke hace de éste un nuevo ensayo sobre la violencia, y la retrata de manera seca, fría y contundente: los golpes físicos duelen casi tanto como las agresiones verbales entre sus protagonistas. El narrador en off, quien recuerda todo lo que el espectador ve en la pantalla grande, advierte desde un principio: "no sé si lo que aquí cuento realmente sucedió así, pero en todo caso quizás pueda explicar mucho de la historia de este país". Si no la explica, pega en el palo.

* * * *

Furia de Titanes

No, no es una equivocación, ni se posteará aquí la crítica del mega-industrial film de Hollywood en este blog dedicado al Bafici, En este post se hablará de aquellos monstruos cinematográficos que cambiaron los quehaceres del cine, y nos legaron sus inmortales obras maestras, recuperadas y re-exhibidas en el marco del festival.

stromboliMientras que las salas del Abasto se ven  invadidas de publicidades en relación a dicho film Hollywoodense, paralelo a esto, el Bafici sigue su curso. Este año, su completa programación, permitió exhibir en cine obras, que mas allá de un ciclo en "la Lugones" o el Malba, no se piensan encontrar en una sala comercial: "Strómboli" de Roberto Rossellini y "La via Láctea" de Luis Buñel.

Dentro de la Sección "Panorama-Diálogos" ambos autores fueron programados para dialogar con dos films de realizadores actuales: "Non ricordo il titolo" en relación a "Stromboli", y "Lourdes" en relación a "La Vía Láctea". Los monstruos sagrados y consagrados de la historia del cine en un encuentro mano a mano con los nuevos realizadores del cine independiente. Pasado y presente, mitos y realidades que se unen en el marco del festival.

Quedará a cargo del espectador el decidir si los realizadores actuales estan a la misma altura (o incluso mejores) que sus predecesores, o si como los titánes del séptimo arte en que se han convertido Rossellini y Buñuel, sus obras son  imbatibles y su furia implacable.

Paseo


Paseo. Chile. 2009. Dir.: Sergio Castro-San Martìn.

San Martín cruzó los Andes, pero el viaje de vuelta fue lento y volvió tarde, parece. Todos aquellos tics que la mentada y hoy remanida declaración de guerra de eso que una parte de la prensa se encaprichó en llamar "nuevo cine argentino" están presentes en este trabajo que, si me aseguran que no fue hecho a conciencia para ser distribuido en el circuito de festivales, tendría que suponer que se trata simplemente de un bache en la interesante filmografía que compone el cine chileno de los últimos años.

Porque Paseo cuenta la pequeña historia de un hijo que se reencuentra con su padre, pero apelando una metralla de planos sobreactuados en su desencuadre y a una puesta técnica que resulta forzada en su apariencia de bajo presupuesto, en su refuerzo de la idea de lo indie, del "cine a pulmón". La marca del for export está demasiado a la vista, algo que se subraya en un puñado de actuaciones naturalistas, con una marcación clara en el sentido de llevar a su elenco a la no-interpretación.

Paseo nos lleva por terreno conocido, quizá demasiado recorrido ya como para que en medio de un festival de cine independiente logre levantar algún tipo de entusiasmo. El tufillo a naftalina aparece a poco de comenzar. Y nos acompaña durante todo el, ejem, paseo.

* 1/2

Daniel Castelo