Una, dos, tres grillas repartidas en distintas partes de la casa, biromes, catálogo marcado, hojas que se van desgastando hasta llegar al último día en mal estado.
Títulos en la cabeza, subrayados y/o resaltados en apuntes varios, otros que quedan para algún gestor de descargas. Todo vale para vivir un festival vital como pocos en la ciudad de Buenos Aires y en el país todo.
Comenzó la carrera y los once días que se vienen serán intensos y llenos de cine. Mucho de lo que vivamos de todo eso comentaremos por aquí, visceraremos a pura subjetividad y sangre cinéfila. O algo así, por lo menos.
Feliz Bafici.