Bafreakci 2010: 04/11/10
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domingo, 11 de abril de 2010

Recordando Hits del Bafici 2009


Diferentes interpretaciones sobre el institucional de Lisandro Alonso
Lo que nos dejó el ave de rapiña inmortalizada por el director de Liverpool.

1) Ofrece la provocativa imagen de una lechuza inmóvil frente a la cámara, con ritmo marcado por Domingo Cura (una metáfora a propósito de estos once días, para los cinéfilos, sin lunas ni soles. (Anónimo -¿Battle? ¿Mighetti? ¿Graña?-) La Nación.

2) El corto de un estudiante de cine argentino. Primer plano de una lechuza que respira y mira a cámara sin parpadear. Pasan los segundos y la lechuza sigue respirando. Hay una tensión que no se desata: la lechuza respira y mira fijo a cámara. Y así hasta el final, durante casi tres minutos. Nicolás Mavrakis, Noticias (simpáticamente toreado por Osvaldo Bazán en Crítica)

3) Lo peor hasta el momento: La lechuza del institucional de Lisandro Alonso. Mucho Cannes, pero para el spot no puso un gramo de onda. "Godardista" en Otroscines.com

4) La lechuza representa al adolescente promedio que va al cine y se queda todo el día mirando películas... por que algo es seguro: Al otro día no tiene que ir a trabajar ni a hacer compras, como hace la gente normal. Martín "Pantera" Seoane, 30 años, editor de sonido de Jesús El Heredero.

5) El corto de la lechuza y su mirada amenazante nos demuestra en cierta forma que en un par de años las lechuzas van a conquistar el planeta tierra y van a esclavizarnos a todos. Guillermo Gatti, editor de Todo x 2 Pesos (ciclo ATC), 29 años.

Prometheus´ Garden / Monster Road

Prometheus´Garden. EE.UU, 1988. Dir: Bruce Bickford. Monster Road. EE.UU, 2004. Dir: Brett Ingram.

Unas formas raras confeccionadas con lo que parece plastilina se van moviendo y formando las palabras Prometheus Garden en pantalla. A esto le suceden 30 minutos de un intenso viaje psicodelico o surrealista de stop motion. Cualquiera sea de las 2 opciones o estamos en presencia de una pesadilla o de un mambo negro producido por unos acidos en mal estado. Un sinnumero de personajes de situacion desfilan unos tras otros entrando y saliendo de escena, deformandose solo como la nobleza de su material les permite y al compas de sonidos estridentes y experimentales.

A no desesperar, las respuestas a nuestro calvario se sucederan en los 80 minutos próximos ya que a su termino se proyecta Monster Road, el documental en donde entendemos de que mente enferma proviene todo ese delirio que nos hizo espiar al de la butaca de al lado (mas de una vez) para ver si esto le afectaba tanto como a uno y probablemente nos quedamos tranquilos al ver que el estaba haciendo lo mismo con el del otro extremo. Bruce Bickford supo tener sus 5 minutos de fama en los 70s trabajando con Frank Zappa y hoy se encuentra unos cuantos años después haciendo exactamente lo mismo: Animando. Una vida dedicada a esas peculiares maquetas de stop motion que construye, a una escala y fluidez que son su marca registrada. Nos adentramos en su intimidad para descubrir, entre otras cosas, a su padre (quien bien podria tener pelicula aparte), un ingeniero ya retirado con Alzheimer, que tuvo sus días de gloria trabajando para Boeing inventando dispositivos para la Segunda Guerra Mundial. Bruce nos invita a su mundo privado que se refleja en cada uno de sus cortos animados, cada obsesión y cada trauma de su vida personal cobra vida en cada una de sus animaciones.

Es inevitable la comparacion con The Devil And Daniel Johnston, donde lo mismo parece suceder con el protagonista; todo misterio del “artista” en cuestion parece develarse y tener una explicacion racional o freudiana. Parece que la modernidad, la globalización y el neoliberalismo han dejado sólo un lugar para los artistas sensibles inmasificables: La reclusión. ¿El artista hermitaño crea y produce a pesar de su incapacidad para reproducir normalidad o gracias a ella? En una escena Bruce explica cómo dejo su trabajo en el supermercado, argumentando que le robaba todo su tiempo, llegaba a su casa cansado y ya no tenia ganas de crear.

Quizá lo mas peligroso de estos locos artistas, lo que tanto tememos, es que a veces evidencian cruelmente la normalidad ajena.

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Fernando Motrel.

Applause

Applause. Dinamarca, 2009. Dir: Peter Zandlievt.

Borracha, histérica, desequilibrada. Thea deja sin aliento a quienes la ven sobre el escenario pero es incapaz de conectarse realmente con nadie debajo de él. El esteretipo de la actriz complicada explotado con un flujo real de tiempo y fotografia refrescante. Una artista cuarentona queriendo rearmar su vida y el lazo con sus hijos con los escombros que su adicción al alcohol le dejó de lo que alguna vez fue su hogar.

Esta falta de empatía del personaje para con su entorno se contagia fácilmente al ojo espectador, donde por momentos se vuelve tortuoso espiar la intimidad de esta persona con quien difícilmente nos identifiquemos. Es bajo este marco, donde no nos imponen un personaje que deba emocionarnos, donde surgen actuaciones interesantes y se respira un aire fatídicamente real.

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Fernando Motrel.

The Robber

Photobucket The Robber (Der Räuber). Alemania/Austria, 2010. Dir: Benjamin Heisenberg


Un lema que podría definir y caracterizar el espiritu de este film es el  de "Just Do it", porque además de ser el  slogan  de las zapatillas que  Hans, el protagonista, utiliza para sus maratones, podemos decir  que  es el lema que tambien  aplica en el resto de su vida como ex convicto y ladrón de bancos en la ciudad de Viena.
 
Basada en hechos reales, pero  adaptada de una novela, este film se narra desde la perspectiva de un ladrón muy particular. Sin profundizar en su psiquis, ni tomar partido moral al  respecto, Heisenberg nos cuenta la historia de Hans que roba,  corre, corre y roba, sin poder deternerse siquiera para gastar el dinero que  roba. ¿Impulsivo, emfermo psicológico o tan solo un mero criminal?
 
Lo que no falta en este excelente film, es la adrenalina, y la acción reguladas de  una manera muy personal. Un film de temporalidad lenta en el que la  acción irrumpe repentinamente, como una tormenta. Escasos dialogos, y muchas persecusiones, para un film que podría ser la respuesta pos-moderna a "Sin aliento" de  Godard. Lo cierto, es que muchas veces el espectador se va a sentir fatigado de ver todo lo que corre Andreas Lust, y la excelente interpretación que aporta, incluso desde su  inexpresiva máscara que se confunde con su rostro, mientras trata de seguirlo en su travesía, hasta el final de  su escapada.
 
Es remarcable el trabajo desde montaje y sobre todo desde la banda sonora. Super fragmentada por momentos y llena de musica diegética  y extradiegética (desde tecno hasta ópera)  que se funde con los sonidos ambiente, imponiendo ritmo y  complementando lo que ya se ve  desde las imágenes. Una banda sonora que nos recuerda a esa otra película alemana en donde una chica de cabellos rojos, llamada Lola, también  corria bastante por las calles de Berlin.


 
Uno de los excelentes e imperdibles exponentes de la competencia internacional.
 

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Jimena Patiño
 
 
 
 

Kings of Pastry

Kings of Pastry. EE.UU/Reino Unido, 2009. Dir: Donn Alan Pennebaker & Christine Hegedus.

Hacía tres años que no recibíamos un Pennebaker/Hegedus en BAFICI. Bienvenido pues este retorno, centrado en documentar el bestial coté del máximo galardón en la pastelería francesa, la versión ruda de Ratatouille.

Porque más allá de lo cool que pueden resultar las patisserìes de Lyon y la música de Django Reinhardt, aquí lo que pesa es un aparatoso discurso de Sarkozy (rodeado de agentes) alabando los esfuerzos extremos de los pasteleros que se animan a trancurrir casi una semana sin dormir con tal de generar el pastelito perfecto y el centro de mesa comestible menos endeble para alcanzar la caricia gubernamental de ser condecorados como el "Maestro Obrero de Francia".

Entonces acudiremos a los menesteres de estos maestros, que se parten el cráneo cuando se les quiebra un merengue ó se les oscurece demasiado una crema chantilly, todo bonitamente retratado por la cámara y acompañado por la música de marras comentada en el párrafo anterior.

Si la gula no nos nubla la razón ante tanto profiterol sofisticado, observaremos en Kings of Pastry la ansiedad de los aspirantes y las indicaciones poco claras de sus entrenadores, el replanteo en mitad de la competencia y deseo de dejar de lado todo a mitad de camino, sumado a la pomposidad característica de los maestros de ceremonias y a la sensación inequívoca de que aquéllo por lo cual parecería morir cualquier pastelero francés a fin de cuentas quizá no sea del todo preciso para continuar adelante.

Sobre todo en un mercado como el de la dulzura, aunque sea dulzura comestible.

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Daniel Celina

P.D: La analogía con Ratatouille no es gratuita, pues uno de los aspirantes al máximo galardón es igual a Linguini. Dicho aspirante generará quizá el momento más crítico de este gran documental de una dupla que a esta altura podríamos considerar imbatible.

Signers Suitcase

Signers Suitcase – On the way with the artist Roman Signer. Suiza, 1995. Peter liechti

Roman Signer es quizás uno de los artistas más atípicos y controversiales de la década del 90, y esto se debe sencillamente a que es uno de los pocos que se ha atrevido a hacer instalaciones con pirotecnia. A decir verdad su trabajo se encuentra entre la delgada línea de la escultura y la performance, ya que por momentos lo que hace parece más un show que otra cosa, y además la única manera de apreciar su obra es a través de la cámara de Peter Lietchi (o presenciando sus actos, claro, aunque se complica cuando los realiza por ejemplo junto a las lavas del Vesubio).

Los experimentos de Signer van desde el lanzamiento de sillas por las ventanas de una casa hasta el intento de hacer volar una mesa con proyectiles en sus 4 patas. Dicho esto bien podríamos concluir que el suizo es una suerte de Jackass Europeo pero con más pretensiones artísticas.
He aquí una exquisita demostración de la obra de Roman Signer:
http://www.youtube.com/watch?v=35iYo0LOrVI

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Off the record: Música en y para el BAFICI

5 canciones para escuchar durante el Festival

1- Lola - The Kinks (Do It Again)
2- Power to the People - John Lennon/Plastic Ono Band (The Agony and the Ecstasy of Phil Spector)
3- Titties & Beer - Frank Zappa (Frank Zappa: A Pioneer of the Future of Music)
4- Mr. Tambourine Man - Bob Dylan (Os Famosos e Os Duendes Da Morte)
5- Yoda - Weird Al Yankovic (Do It Again)

Mary and Max

Mary and Max. EEUU, 2009. Adam Elliot.

Después de la multipremiada trilogía clay-motion de Brother, Uncle y Cousin, y el ganador del Oscar a mejor corto animado Harvie Krumpet, Adam Elliot explaya los teman que le obsesionan en Mary and Max, sintentizando sus cuatro pequeñas obras en un enorme film de animación que no tardará -si es que acaso ya no lo hizo- en germinar su status de film de culto.

La historia sigue a Mary, una niña inocente procedente de una familia disfuncional, que un buen día tiene la idea de escribir azarosamente una carta a Estados Unidos para ver si alguien contesta sus dudas acerca de la vida. Quien recibe la carta es Max, un ermitaño sociofóbico que, lejos de poder responderle, parece tener aún más dudas que la niña. De esta relación a distancia surge una amistad tan inexplicable como entrañable, que terminará en un final que se ve venir pero no por ello resulta incorrecto ni trillado, sino todo lo contrario.

Es que Mary and Max es todo lo que el otrora realizador de cortometrajes venía prometiendo, y un poco más: al margen de que por obvias razones (el film está distribuido por Icon, la productora de Mel Gibson) la animación resulta superior, el guión delinea a la perfección personajes que, gracias a sus múltiples defectos, se vuelven tan tristes como queribles. La técnica animada encuentra además en su fotografía casi monocromática contrastes que aportan a la narración del film una metáfora lógica pero acertada: la calidez visual de Australia (Mary), contra el gris al 18% de NY (Max).

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36 vues du Pic Saint Loup

36 vues du Pic Saint Loup. Francia, 2009. Jacques Rivette.

Amor, desamor, traición, regreso, pasado y circo. Básicamente, estos cinco ¿temas? pueden definir la obra de Rivette, que en prolongados pero nunca monótonos silencios narra el regreso de una equilibrista a un amor que, paradójicamente, terminó accidentalmente quitándole otro: el de su pareja, también artista circense. Pero describir la trama de 36 Vues... en breves líneas resulta tan dificil como innecesario: el film, por momentos de característica más bien coral al estilo Altman, y por otros abiertamente teatral, es un compilado de grandes performances y una emotiva historia que se aleja por completo del estereotipo de freaks de circo, y se concentra en el aspecto humano de estos atípicos artistas.

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Leslie, My Name is Evil

Leslie, my name is evil. EEUU/Canada, 2009. Reginald Harkema.

Mucho se ha dicho acerca de Charles Mansons y sus delirios de mesías satánico, pero no tanto se ha hablado acerca de sus fieles secuaces: las famosas "chicas Manson". Leslie, la malvada del título, es la que, en palabras del "lider", era la que "estaba más buena".

Harkema busca con su film acercarse a la vida de estas muchachas seducidas por su majestad satánica, y comprender qué les pasaba por la cabeza -¡o qué NO les pasaba para cometer los actos que cometieron!, pero se queda a medio a camino entre un aproximamiento que recuerda en más de un aspecto al Natural Born Killers de Oliver Stone. Puede criticársele al realizador su ambigua simpatía que otorga a las protagonistas (especialmente a Leslie, claro), pero lo más objetable no es esto sino el tono "canchero" que parece adoptar en momentos donde algo de seriedad hubiese sido mucho más interesante. Recientemente, a propósito de su estreno limitado en Estados Unidos, el director dialógo con el National Post, atajándose al declarar "no creo que sea peligroso hacer un film de este tipo en una cultura que recientemente tuvo como gran éxito un film que usaba el Holocausto como pretexto para filmar torturas y venganza". Si bien acierta en que lejos está su film de resultar "peligroso" o controversial, puesto que los interrogantes que plantea resultan un tanto obvios y fáciles, se equivoca en un aspecto fundamental al hacer su analogía cinematográfica: Tarantino, por más que entretenida, no dirigió una comedia (y condena, desde el mismo título, a sus protagonistas). Y Leslie... , mientras que por un lado tiene un comienzo promisorio que parece querer indagar en el psiquis de las chicas, termina cayendo en artilugios del montaje cool y el grotesco doble subrayado, y la famosa frase "fuimos todos" que, cierta o no, no encuentra demasiada justificación en su contexto fílmico.

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Summer Wars

Summer Wars. Japón, 2010. Mamoru Osoda

De Akira Toriyama (Dragon Ball) a Hayao Miyasaki (Estudios Ghibli), la animación japonesa supo destronar -o al menos, quitarle por un rato la corona- a Disney, realizando clásicos hoy mundialmente reconocidos como Mi Vecino Totoro (Miyasaki) y La Tumba de las Luciérnagas (Isao Takahata). La anime-manía encontró un merecido lugar en el corazón de los occidentales, y así innumerables productos animados repletos de ojos grandes y Pikachus varios invadieron las pantallas televisivas y, claro, también cinematográficas.

Summer Wars es un film del realizador Mamoru Osoda, que se inscribe en el terreno de la ciencia-ficción-hiper-tecnológica, pero a la vez aborda temas como la familia, en tiempos de redes sociales que hasta pueden terminar incomunicándonos -cuando no, matándonos a secas.

Sin la violencia manga de otro clásico de culto como Ghost in the Shell, Summer Wars hace un acertado analisis de los peligros que implica el voyeurismo absoluto de la web, así como la importancia de no estar solo frente a las puertas del armagedon. Un film especialmente pensado para otakus y freaks varios, pero que también entretiene a quienes no son precisamente habitués de la factoría de animación nipona.

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El Sol

El Sol. Argentina, 2010. Ayar Blasco

Hace ya casi 10 años se estrenaba en la Argentina un film de animación que se repartía entre ciencia ficción y absurdo una buena cantidad de delirios. El film en cuestión era el otrora televisivo Mercano el Marciano, que llegaba a las salas porteñas en medio del pico de la crisis local, allà por el 2002. Sus directores, Juan Antín y Ayar B. , afortunadamente encontrarían un razonable éxito con su película en el extranjero. Pasado el estreno, los premios y el reconocimiento (el film se vio reiteradas veces en la pantalla de I-Sat y se editó en dvd), sus autores se separaron y emprendieron su carrera "solista". Juan Antín abordó un proyecto animado que narra la crudeza de las invasiones españolas a nuestras pampas (Los Dioses de Lata, aún inédito), y Ayar se desprendió de la poca coherencia narrativa que implicaba Mercano, y se dedicó a su web chimiboga, donde florecieron las ridículas historias del "Ratón Disney" (sic), y hasta relatos costumbristas protagonizados por el mismísimo Bugs Bunny. De esta factoría de absurdos sale El Sol, un film completamente realizado ¡en Flash!, con un humor tan irreverente como deliciosamente estúpido.

Rompiendo todos los esquemas de una estructura lineal de guión, y hasta burlándose de sus propias falencias (los créditos en un punto se adelantan al final de la película y luego desaparecen para continuar con la acción), la película hace gala de voces de conocidas como Sofía Gala y El Dr. Tangalanga, haciendo lo mejor que sabe hacer: putear.

Revelar la trama de El Sol resulta una tarea tan árdua y dificil como explicar el significado oculto del más abstracto y poético de los films del BAFICI, pero sí puede decirse que quizás estemos ante una incursión más del director en el subgénero "post-apocalíptico" (pues ya Mercano tenía algo de eso).

Un deleite para los amantes de los chistes sin demasiado sentido, dispuestos a disfrutar de incoherencias semi-narrativas, más cerca de internet que del cine.

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